HPLab, Laboratorio de Desarrollo de la Universidad de Zaragoza, diseña, proyecta y ejecuta proyectos museográficos amparados por la museografía didáctica. Nuestras exposiciones se nutren de una concepción museográfica basada en los principios de la didáctica, buscando sorprender al espectador pero a la vez educar en historia y patrimonio.
Se hace necesario clarificar algunos de los conceptos que intervienen en este proceso museográfico. Entre esos términos destacan el de divulgación, el de interpretación y el de didáctica, que para nada son sinónimos.
Por divulgación entiende el DRAE hacer que un hecho, una noticia, una lengua, un conjunto de conocimientos, etc., llegue a conocimiento de muchas personas.
La divulgación, así pues, no deja de ser el acto de transformar un conocimiento científico en un constructo procesado que permita despertar el interés por un público no especializado. Pero nada garantiza que este conocimiento vaya a ser asimilado, aprendido, adoptado o utilizado con posterioridad por ese público seducido.
El concepto de interpretación del patrimonio lo acuña Freeman Tilden en 1977, y dice de él que es:
“Una actividad educativa que pretende revelar significados e interrelaciones mediante el uso de objetos originales, experiencias de primera mano y medios ilustrativos, en lugar de simplemente transmitir la información de los hechos.”
De esta definición se desprende, a priori, que para interpretar el pasado es necesaria una intermediación consciente que anteponga estrategias basadas en recursos adicionales ante la sola explicación de cualquier conocimiento o contenido científico. Tilden, no obstante, asevera que el acto de interpretación es ya en sí mismo un acto educativo, lo cual podría llevar la discusión a un contexto diferente del que aquí nos concierne. En cualquier caso es evidente que este proceso interpretativo necesita ya de la proyección de una metodología para su aplicación.
Didáctica y Patrimonio
La didáctica es una disciplina científico-pedagógica que estudia las técnicas y métodos de enseñanza. Komenský la definió como el arte de enseñar, o el artificio universal para enseñar todas las cosas a todos con rapidez, alegría y eficacia. En efecto, la didáctica se ocupa de las estrategias que ponen en práctica los principios teóricos de la pedagogía, por lo que debe velar para que exista aprendizaje. Ni la divulgación ni la interpretación garantizan que exista aprendizaje sólido y duradero de la historia; la didáctica, por tanto, se emplea en crear una transformación en la mente de la audiencia. Como disciplina de base científica inserta en las ciencias de la educación necesita de un método.